Los 5 pizzerías de El Molino

La experiencia en este establecimiento ha dejado mucho que desear: las pizzas de cochinita y pastor vienen con ingredientes contados, apenas se percibe la carne y el sabor simplemente no convence. La espera es eterna, llegando a rozar las tres horas, y ni hablar de la atención telefónica, fría y desinteresada, como si el cliente estuviera pidiendo un favor.



Para colmo, las opciones del menú desaparecen misteriosamente y la actitud del personal resulta arrogante y poco profesional, negando incluso productos disponibles y mostrando cero disposición para dar soluciones. Little Caesars tiene el terreno ganado aquí, porque pedir nuevamente sería repetir una pesadilla.

Las hamburguesas de este lugar destacan con su sabor jugoso y una sazón que seduce desde el primer bocado; cada comida sorprende, pero las hamburguesas definitivamente se roban el espectáculo. Perfectas para quienes buscan algo verdaderamente delicioso y con ese toque irresistible que provoca antojo solo de recordarlo.



Sin embargo, el servicio podría mejorar: la atención es lenta y la limpieza de las mesas parece olvidada, lo que puede restar encanto a la experiencia. El delivery, aunque tentador por la publicidad de pizzas con orilla de dedos de queso, termina decepcionando por la demora. Así que, si tienes paciencia, el sabor vale la espera.

Déjate seducir por el aroma irresistible de las pizzas artesanales en Rivera’s Pizza Italiana, donde cada mordisco desborda frescura y autenticidad. La bolognesa, estrella del menú, conquista paladares gracias a sus ingredientes de primera y una combinación de sabores que enamora desde el primer instante.



Con una magnífica valoración de 4.6 en Google, este rincón gastronómico destaca tanto por su pizza como por sus hamburguesas jugosas, laing y queso derretido. Atrévete a descubrir por qué todos hablan de esta experiencia culinaria inolvidable.

Las alitas aquí son una verdadera delicia: jugosas, llenas de sabor y perfectas para compartir. Si sumaran unas cervezas bien frías, la experiencia sería insuperable. Eso sí, el ambiente puede elevarse aún más ajustando la música a gustos más variados y renovando los baños.



No dejes de probar las pizzas de la guarida, hechas al momento y con ingredientes frescos que conquistan desde el primer bocado. El servicio es cálido y atento, haciéndote sentir como en casa desde que llegas. ¡Un lugar que invita a volver siempre!